Raíces
Ocurre que a veces,
cuando sobrevuelo los lagos de las tierras en las que nací,
reconozco en mi reflejo emplumado
la comisura de tu silueta.
Y siento tus alas de marfil en torno a mis hombros,
en un abrazo con sabor a galletas de mantequilla.
Cuando miro atrás,
es tu sonrisa la que entona viejos cuentos
esos que iluminaron mi mesilla
las noches en las que el sudor me pegaba las plumas.
Cuando miro al frente,
son tus manos las que escriben en los recodos de mi mirada...
A caso no sabes,
que cuando vuelo lejos,
siempre siento la sombra de tus alas sobre la espalda.
cuando sobrevuelo los lagos de las tierras en las que nací,
reconozco en mi reflejo emplumado
la comisura de tu silueta.
Y siento tus alas de marfil en torno a mis hombros,
en un abrazo con sabor a galletas de mantequilla.
Cuando miro atrás,
es tu sonrisa la que entona viejos cuentos
esos que iluminaron mi mesilla
las noches en las que el sudor me pegaba las plumas.
Cuando miro al frente,
son tus manos las que escriben en los recodos de mi mirada...
A caso no sabes,
que cuando vuelo lejos,
siempre siento la sombra de tus alas sobre la espalda.
por las plumas pegadas d sudor...
ResponderEliminarpor las galletas d manteqilla...
por las alas desplegadas del todo...
por los vuelos acompañados...
pq es imperdonable no surcar los cielos límpidos, paladear cuentos y sonrisas, contemplar la tierra q nos recibió...para eso, mejor el fin del mundo, no?
trébol
Precioso, mi niña.
ResponderEliminarSí, sucede que, a veces, aparece esa persona que vuelve a darle voz a los cuentos y alas a nuestra espalda. Un besazo y feliz año.
Bego
Gracias Bego, se lo regalé a mi madre el día de navidad... Feliz año a ti también!
EliminarMuchos besos